martes, 28 de diciembre de 2010

Manipulación y cinismo


César Lévano  

César Lévano El presidente Alan García es unabogado que no cree en las leyes, salvo en la del embudo. El domingo lo demostró por partida doble. Por un lado promovió la participación deMercedes Aráoz, la candidata presidencial del APRA, en la carrera “A todo tren” organizada por la Autoridad Autónoma del Tren Eléctrico. Con ello, utilizó un acto oficial a favor de su candidata.

La Ley Orgánica de Elecciones prohíbe ese aprovechamiento; pero García no se fija en minucias. Por su parte, la señora Aráoz declara que no sabía que se trataba de un acto oficial. Alguien le creerá, supongo.

Después de esa actividad sobre un tren que tanto dinero y tiempo ha costado a losperuanos, y del que hasta ahora los únicos beneficiados son un grupo de estafadores, con la venia del presidente de la República: García, primer período; después de la maratón de la trampa, el jefe de Estado culminó otra hazaña. Hizo designar como candidatos a las vicepresidencias de la República a sus favoritos: Javier Velásquez y Nidia Vílchez. 

Claro que en este caso los dos dirigentes apristas se embarcan en un tren que se dirige al abismo. A pesar del auspicio oficial, que hasta le ha otorgado preferencias en el Canal 7, el Canal del Estado, la señora Aráoz no sube del cinco por ciento de intención de voto. El enorme peso de la corrupción gubernamental atenta contra su candidatura. También la castigan su neoliberalismo fundamentalista, su opción por los ricos y su inspiración en la matanza de Bagua.

En vista de tan baja aceptación, no se puede excluir la posibilidad de que Aráoz decida retirarse de la contienda. Ya lo ha intentado una vez, de modo que no es aventurado barajar tal posibilidad. Podría basarse, además, en el hecho de que Washington, el Fondo Monetario Internacional y el Banco mundial tienen ya otras cartas sobre la mesa. Descuellan Pedro Pablo Kuczynski, Alejandro Toledo, Keiko Fujimori, entre otros.

Tampoco debe olvidarse un antecedente: la dirección derechista del APRA presionó para que, en las recientes elecciones municipales, y en vista de la baja aceptación, Carlos Roca renunciara a la candidatura para alcalde de Lima. Sería muy duro para el alanismo terminar en 2011 con un ocho o diez por ciento de votos. Un resultado tan adverso no sólo se reflejaría en bajo número de congresistas, sino que también arruinaría los preparativos para una segunda reelección del gobernante, en 2016.

Entretanto, haya o no réquiem para una candidatura difunta, el Jurado Nacional de Elecciones tiene el deber de pronunciarse sobre los actos de violación de la neutralidad oficial que la ley y la ética condenan. Si el Jurado no se pronuncia, el país tendrá el derecho de dudar de su independencia y de su deber de vigilancia respecto a la limpieza del sufragio.

Fuente: Diario La Primera
cesar.levano@diariolaprimeraperu.com

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